A muchas personas esto de estar más en casa por la pandemia les benefició. Por ejemplo a los padres o madres ausentes de casa por el trabajo que les cambiaron la modalidad a home office han llegado a valorar mucho esta oportunidad de poder seguir generando y estar en casa a la vez conviviendo con su familia. Pero, ¿qué pasa en el caso de los niños, en el caso de los estudiantes?
A la mayoría de los niños les gustan las vacaciones, así que al principio de la pandemia les pudo haber resultado divertido y en el caso de las mamás, siempre pensando que era algo temporal, cuestión de semanas o a lo mucho pocos meses. Nunca nos imaginamos que el ciclo escolar terminaría en pandemia y que el próximo iniciaría igual estudiando desde casa y que a la fecha sea la situación actual sin fecha de caducidad.
Como padres nos preocupamos sobre el futuro de nuestros hijos cuando están viviendo un presente extremadamente diferente a lo que estaban acostumbrados. Después de 12 meses de estar encerrados en casa y conviviendo con el mínimo de personas comparado a cuando asistían a la escuela empezamos a ver consecuencias o secuelas educativas, sociales y emocionales en ellos.
Algunas de las consecuencias son:
Estrés
Alteraciones en el sueño
Cambios de apetito
Falta de motivación
En los niños pequeños se pueden presentar conductas regresivas como el exceso de apego a mama o papa, o el volver a orinarse en la cama cuando ya habían pasado esa etapa.
Alteraciones en la vista y dolores de cabeza por el exceso de computadora y/o pantallas.
Rezago académico
Depresión en casos extremos
La certidumbre es algo que a los niños les genera sentimientos positivos. El tener una rutina en donde la interacción con mas personas sobre todo de su edad está incluida los ayuda en su madurez emocional. Es importante que los niños tengan retos sociales, contacto con el exterior, con la naturaleza, que cambien de ambientes durante el dia, que se desenvuelvan sin la presencia de sus padres todo el tiempo.
Es por esto que debemos de estar alertas ante cambios en actitudes o expresiones de los niños para tomar acciones en caso de necesitarlo.
También él tratar de mantener una actitud positiva ya que todo observan y pueden llegar a repetir patrones o imitar comportamientos negativos. Lo ideal es que pronto volvamos a la normalidad pero en lo que esto sucede recuerda que los adultos somos nosotros y podemos ayudar a que los efectos del COVID-19 sean lo menos negativos posible aun cuando a nosotros también nos afecte y cueste trabajo.
Recuerda que cualquier duda o comentario me pueden escribir en Instagram @terapeutapsicologica.
Conoce a Laura Chávez:
Licenciada en Psicología con experiencia en los ámbitos clínicos, educativos y laborales.
Trabajó como terapeuta durante 4 años con pacientes con trastornos de la conducta alimenticia así como terapia con mujeres adolescentes y adultas. Posteriormente trabajó durante 5 años con niños de preescolar y adolescentes de secundaria. Por último en empresas como Gerente de Recursos Humanos.
El estilo de corriente terapéutica que utiliza es el cognitivo-conductual, el cual es trabajo en las situaciones presentes del paciente de la mano de un trabajo en el entorno de este mismo. Reconoce que es importante estar en constante búsqueda de la salud emocional junto con la salud física para lograr un sano estilo de vida.
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