Después de unos minutos de espera te acercas con nervios a leer el resultado de la prueba: EMBARAZADA. Esta sencilla palabra plasmada en un pedazo de plástico cambia tu vida para siempre. Felicidad, nervios, incertidumbre, ilusión… una mezcla de sentimientos que te llenan el corazón pero a la vez te asustan.
La naturaleza es sabia y nos regala nueve meses para irnos preparando para la llegada de nuestro hijo. En este tiempo recibimos el cariño y apoyo de nuestra familia, y se ilusionan junto con nosotras ante el nacimiento de esta personita que cambiará nuestra forma de ver y experimentar el mundo.
Pero, ¿qué pasa cuando nace nuestro bebé?, ¿porqué si el tener un hijo es una gran alegría, 1 de cada 7 mamás sufre depresión postparto? A continuación me gustaría explorar un poco sobre los factores que afectan el que se desarrolle una DPP, cuáles son los síntomas y qué podemos hacer al respecto.
¿Qué detona una depresión postparto?
Cambios hormonales:
Durante los primeros días después del parto, la mujer vive el cambio hormonal mas drástico que experimentará en su vida. Si tiene historial de sensibilidad a los cambios hormonales, esto pudiera llegar a desencadenar una DPP.
Historial genético familiar:
Si su mamá o hermanas han vivido una depresión o depresión post parto, o ella ha experimentado depresión en algún momento de su vida, tiene mayor probabilidad de padecer DPP.
Falta de apoyo:
Cuando una mamá se siente querida, apoyada, validada, respetada y cuenta con una persona que la apoye en esta etapa tan importante, es mucho más difícil que caiga en una DPP. Si por el contrario se siente aislada (esto lo ha acentuado la pandemia), no hay quien le ayude para poder descansar un poco, y siente que carga con toda la responsabilidad del bebé, puede aumentar sus riesgos.
Problemas con su pareja:
Aunque tener un bebé es motivo de felicidad, también es una etapa en la que las parejas se tienen que poner de acuerdo en muchas nuevas áreas de su vida. Si llega a existir tensión en la relación de pareja, discusiones o problemas económicos, esto puede perjudicar la salud mental y emocional de la pareja.
Complicaciones en el embarazo, parto o postparto:
El embarazo es una etapa que le ilusiona a muchas mujeres, así como el tener una buena experiencia durante su parto y postparto. Pero cuando las cosas no salen como lo esperaban o sucede alguna complicación, es importante estar atentos a los sentimientos de la mamá.
Problemas de salud del bebé o dificultades con la lactancia:
Un bebito con problemas de salud como por ejemplo reflujo o cólicos crónicos, o el batallar para establecer un buen agarre o buena producción de leche, puede frustrar tanto a una mamá, que le llegue a afectar su salud mental.
¿ Cuáles son los síntomas de la Depresión Postparto?
Preocupación y miedo excesivo
Pensamientos negativos e intrusivos
Irritabilidad y ‘mecha corta’
Sentirse desbordada e incapaz
Disminución de la capacidad de pensar con claridad, concentrarse o tomar decisiones
Tristeza, desesperanza y culpabilidad
Falta de sueño (aún cuando el bebé duerme)
Fatiga que no se va con descanso
Síntomas físicos sin causa aparente
Falta de conexión con el bebé
Aislarse de familiares y amigos
Llanto excesivo
Cambios en hábitos alimenticios
Dificultad para ver hacia el futuro
Ansiedad grave y ataques de pánico
Pensamientos acerca de lastimarse a si misma o al bebé
Falta de ilusión en las cosas que antes disfrutaba
¿Qué hago si me identifico con algunos de los síntomas?
El primer paso es hablar con algún ser querido de cómo te sientes. Puede ser tu hermana, mamá, amiga, ginecólogo, consultora de lactancia o tu propia pareja. Es muy importante que alguien sepa por lo que estás pasando para que puedan apoyarte y asegurarse de que recibas la ayuda que necesitas. La ventaja de comunicarte con tu ginecólogo, es que muchos de ellos cuentan con una red de psicólogos o psiquiatras con quien referirte.
El siguiente paso es la evaluación de un profesional de la salud. Si es un psicólogo y detecta que tienes depresión postparto, te referirá con un médico psiquiatra. Si fuiste directamente con un psiquiatra, será él quien te dé el medicamento que necesitas.
Es importante mencionar que la dosis del medicamento se irá ajustando en las primeras semanas de tratamiento. Sé paciente porque toma un poco de tiempo en hacer efecto. Pero ante cualquier duda o efecto secundario que experimentes, ¡no dudes en comunicarte con tu médico! Cada paciente es único y tienen que ir viendo qué te funciona a ti. Por otro lado, aunque el medicamento ayuda bastante, es necesario complementarlo con psicoterapia.
Durante la terapia irás adquiriendo herramientas que te ayuden a manejar la ansiedad y el estrés que sientes. Podrás profundizar en tus emociones y pensamientos, e irás viendo qué pequeños cambios puedes realizar en tu vida que te ayuden a adquirir ese balance que buscas.
En terapia tendrás la oportunidad de analizar cómo está tu red de apoyo y que cosas puedes delegar para poder tener tiempo para tí. Así como ver formas en las que tu pareja y tú pueden trabajar en equipo para lograr adaptarse mejor a la llegada del bebé.
En conclusión me gustaría decirte que no hay nada más valiente que saber pedir ayuda. Tener DPP no significa ser mala mamá, que no quieras a tu bebé o que no vallas a poder disfrutar de la maternidad. ¡Hay que romper ‘taboos! El bienestar de una mamá es de vital importancia para el desarrollo de un bebé, y si tu estas bien, él también lo va a estar.
Conoce a Paty Villarreal Chavez
@amarapsicologia
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